Espacios confinados y limpiezas industriales de difícil acceso

¿Qué es un espacio confinado?

Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, un espacio confinado es “cualquier espacio con aberturas limitadas de entrada y salida y ventilación natural desfavorable, en el que pueden acumularse contaminantes tóxicos o inflamables, o tener una atmósfera deficiente en oxígeno, y que no está concebido para una ocupación continuada por parte del trabajador”.

Como se puede desprender de esta definición, un espacio confinado puede ser cualquier recinto, dispuesto en dirección vertical u horizontal, en el que las actuaciones se llevan a cabo en condiciones de difícil acceso y con la presencia de varios riesgos graves o muy graves.

Resulta evidente que dichos riesgos deben ser identificados, analizados y evaluados, siempre de forma previa a cada actuación; para a posteriori tratarlos mediante la aplicación y puesta en marcha de medidas preventivas y de protección adecuadas a la naturaleza y gravedad de los riesgos identificados.

Las empresas, dentro de sus instalaciones, podrán considerar como espacios confinados, aquellas zonas que, aun no estando dentro de la definición anterior, así lo consideren por su peligrosidad y tras haber evaluado el riesgo que supone el acceso a ellas y la realización de trabajos en su interior.

Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, ejemplos de espacios confinados pueden ser espacios cerrados en fábricas, industrias, instalaciones, cisternas de transporte, tanques de almacenamiento, galerías subterráneas o partes de cualquiera de ellas: chimeneas, silos, recorridos subterráneos, pozos, etc.

Existen dos tipos de espacios confinados:

1. Los que están abiertos por la parte superior y de una profundidad tal que dificulta su ventilación natural: pozos, depósitos, cubas, etc.
2. Los que están cerrados con una pequeña abertura de entrada y salida: tanques de almacenamiento, silos, galerías subterráneas, pozos, cisternas de transporte, etc.

Riesgos más habituales en espacios confinados

Los trabajos en zonas con difícil acceso y en condiciones de falta de ventilación o presencia de gases tóxicos y/o inflamables, suponen la exposición de los trabajadores a los siguientes riesgos:

• Asfixia por anoxia (falta de oxígeno en el lugar de trabajo).
• Intoxicación por exposición a agentes químicos (gases, amianto, sílice, etc.).
• Incendio.
• Explosión.
• Dificultad del trabajador para abandonar el recinto por sus propios medios.

Por otra parte, y dependiendo del tipo de espacio confinado, además, puede existir riesgo de caídas a distinto o al mismo nivel, ahogamiento, atrapamientos, golpes, ruido, vibraciones, cortes, desprendimientos, contactos eléctricos, sobresfuerzos por posturas forzadas, mordeduras de animales, humedad, estrés térmico, etc.

Medidas preventivas y de protección

Una vez identificados y evaluados los riesgos, se deberán establecer cuáles serán las medidas preventivas y de protección a poner en marcha, pero resulta fundamental, de inicio, elaborar un procedimiento de trabajo específico, que incluya, al menos:

• Las medidas organizativas: entradas alternativas, tiempo de permanencia, coordinación de las partes implicadas en el trabajo, la necesidad o no de presencia del recurso preventivo y el control de la entrada de trabajadores cualificados y autorizados por escrito.
• Las medidas técnicas: protecciones colectivas e individuales necesarias, equipos de trabajo (lámparas de menos de 24V, herramienta anti chispa, medidores de gases, etc), los enclavamientos de máquinas, la medición/evaluación de la atmósfera del espacio confinado, la ventilación del recinto, etc.
• Las medidas de emergencia: disposición de equipos técnicos (trípode), humanos (personal de vigilancia, auxilio o rescate) y de medios de comunicación (walkie-talkie para comunicación interior-exterior y teléfono móvil para comunicación exterior-emergencias).
• Proceso para que un trabajador disponga de autorización de acceso al espacio confinado: recibir la información del espacio confinado (entorno, trabajos a realizar, riesgos, medidas preventivas y de protección a poner en marcha), la información sobre la señalización a la entrada, la información sobre cómo actuar en caso de que se produzca una emergencia.

Medidas organizativas

Una vez elaborado este procedimiento, existirán una serie de medidas organizativas previas al comienzo de los trabajos:

1. Seguir en todo momento el procedimiento de trabajo elaborado, asegurando que los trabajadores disponen de permiso y autorización de entrada al espacio confinado.
2. Medir y evaluar la atmósfera interior antes y durante la ejecución de la tarea, mediante la utilización de medidores.
3. Aislamiento del espacio confinado frente a otros riesgos: presencia de otras empresas o personas ajenas a los trabajos, suministro energético intempestivo, aporte de sustancias tóxicas o contaminantes, etc.
4. Ventilación. Suele ser necesario recurrir a ventilación forzada.
5. Utilizar los equipos de protección respiratoria cuando existan altas concentraciones de gases contaminantes o bajos niveles de oxígeno.
6. No acceder ni trabajar solo en un espacio confinado.
7. Debe existir una vigilancia permanente desde el exterior, con una persona con formación específica y medios adecuados para actuar en caso de una emergencia.

De forma complementaria a estas medidas, deberán ponerse en marcha y aplicarse aquellas otras medidas de prevención y protección que establezcan bien la evaluación de riesgos, bien el procedimiento de trabajo elaborado por la empresa.

Equipos de protección individual específicos para un espacio confinado

Los equipos de protección individual de los que deberán hacer uso de los trabajadores durante los trabajos en espacios confinados, son:

• Casco, guantes, gafas y calzado de protección.
• Protección respiratoria, a definir tras medir la atmósfera interior y evaluar el riesgo. Tiene como objetivo evitar la inhalación de partículas, aerosoles, fibras, vapores y gases potencialmente peligrosos.
• Sistemas anti caída, compuestos por anclajes, equipo anti caída, conectores, elementos de amarre, etc.

Con relación a éstos últimos, cuando la entrada al espacio confinado es de tipo vertical, algo muy común, la utilización de trípodes es lo más habitual. La combinación de puntos y dispositivos de anclaje de tipo trípode (clase B), con un descendedor (torno) y/o un anti caída retráctil, es la práctica más habitual y cómoda para los trabajadores.

Ejemplo de anclaje de tipo trípode (clase B). Fuente: www.redsuministros.com

Consideraciones finales

Los trabajos en el interior de espacios confinados, en los que además de existir dificultad en el acceso, se presentan riesgos asociados a la atmósfera interior, requieren de un estudio previo muy exhaustivo, además de la adopción de medidas organizativas y preventivas muy rigurosas.

No es, ni mucho menos, un trabajo que se pueda llevar a cabo de forma autómata y sin una previsión de situaciones. En Workprotec, disponemos de un equipo de técnicos y trabajadores altamente cualificados, que puedan abordar con garantías tanto el estudio previo de las condiciones de trabajo, como la materialización de las tareas con las debidas medidas de seguridad, tanto colectivas como individuales.

Fuentes

• González Villegas, Pilar. Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo. NTP nº223. Trabajos en recintos confinados.
• Altube Basterretxea, Iñigo. Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, Gobierno Vasco e Instituto de Formación Práctica de Riesgos Laborales. Trabajos en recintos confinados.
• Dirección General de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Guía de Actuación Inspectora en Espacios Confinados.